domingo, 25 de septiembre de 2011

Cero Formalidades

Bajo de la estación como es de costumbre, ya era tarde y me dirigía a mi casa a descansar. Luego pensé que dado las circunstancias podía tomar un descanso, ir a un café, relajarme, en fin cualquier cosa que me distrajera un rato del trabajo. Llegando justamente a la barra donde servían el café preguntaste: ¿Qué hora es?, para cuando reaccione fueron difíciles de pronunciar las palabras, ya que su hermosura impedía que hablara bien, pero al final logre decirlas con suficiente claridad,: "Son las 6:53".

Pensé: "Una hermosa dama, con tal delicadeza que su voz pareciera un dulce trinar de aves. Su silueta lo mas hermoso que he podido admirar a contra luz, pero sobretodo una intrigada mirada la cual hacia que mis pensamientos volaran mas alto que las mismas estrellas llegarían a tener envidia". Todo eso sucedió en cuestión de segundos, suficientes como para tratar de ver si podía hablar un poco mas ella y tratar de entablar conversación parecía misión imposible.

Poco a poco entre comentarios sobre el clima y el café logre ganar un poco de su confianza, hablamos sobre chistes, un poco de formalidades como trabajo y estatus social, pero nada tan importante para llegar a hablar algo que no fuese demasiado importante. Luego de eso vi que era hora de retirarme, ella me dijo que también se tenia que retirar. Me quede pensando si preguntarle sobre algún número de teléfono o quizás algún correo electrónico, al fin de cuentas ¿Qué tenia que perder?

Me arme de suficiente valor y le pregunte si nos volveríamos a ver... Se acerco a mi, me dio un beso de media luna tan suave como su dulce voz, que a la vez me llego directamente al corazón. Me miro a los ojos y me dijo: "No se si nos volveremos a ver, pero por si acaso te dejo ese regalo". Note que su mirada era tranquila pero a la vez emanaba una tristeza inmensa. No supe que hacer, le di mi tarjeta, ella me dio su número y nos fuimos cada cual en su camino...


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