domingo, 15 de julio de 2012

Y me bastó tu mirada



Entre tanta gente corrí lo mas rápido que pude para llegar a comprar mis entradas al cine... Solo una, claro no tenía nadie que me acompañara, sin embargo algo curioso pasó, una hermosa joven apareció y me preguntó si podía cuidar su puesto en la fila para entrar, me pareció curioso verla sola, a lo cual respondí con un: "Si, no hay problema." Ella se retiró pero me perdí en su mirada, tan delicada, tan dulce, tan bella, tan...

Recuerdo una blusa amarilla, tan fuerte que cegó mis ojos, y brilló tanto que pude notarla entre tanta gente hasta perderse en el cine... Luego volvió solo a decirme que ya no necesitaría el puesto, y que gracias por ello. Ese momento alcance a decirle: "Una pregunta, ¿Cual es tu nombre?" A lo lejos escuche con una voz dulce, armoniosa y bella: "Vanessa". La mas hermosa sonrisa me dirigió y fue tan impactante que mi corazón vibró.

Fue en ese momento en el que recordé que lo mas lindo de esta tierra era el sentir, el vivir, el querer, el apreciar... el amar. La miré alejarse entre la multitud de gente, pedí mis entradas y disfruté de mi película. Curiosamente el destino nos junto, a la salida la vi, sola de nuevo, me le acerque le sonreí y gentilmente nos reímos al vernos de nuevo. "Mi nombre es Roberto, mucho gusto" dije ella me miró y no dijo nada, solo sonrió.

Bajamos por el elevador pero al final al abrirse la puerta ella se despidió, con un beso se fue y se perdió de nuevo entre la multitud. Me dolió hasta el alma y lo único que pude rescatar fue su nombre... Vanessa... Vane... Suena tan lindo, me recuerda mucho a ella, una hermosa niña que pasó y se fue... Talvez la vuelva a ver, talvez no, de lo que sí se, es que la recordaré, y espero que ella me recuerde como yo lo hago también...

domingo, 1 de julio de 2012

Más Allá del Olimpo Parte 9





Desde un cráter en el suelo, Raibeart se paró. Aina horrorizada por la escena se congeló y no podía dejar de ver a su amado principe, ahora rey del universo. Con un movimiento Rai intentó dar un paso, tratando de mantener su equilibrio. Las lágrimas de ella se detuvieron en el tiempo, su expresión parecía de asombro, de terror... Simplemente no podía creerlo. Él poseía todo en este mundo, inclusive con ello toda la maldad en su sombra.


Aina: "Rai, mi dulce tesoro, dime que te ha pasado ¿Por qué tienes esa...?" Su voz se vio apagada por un silencio espantoso. Un grito desde las entrañas de Rai azoto el universo. La maldad intentaba con más fuerza salir de su cuerpo, pero el luchando por contenerla logró mantenerla al margen. Fue en ese momento de compostura que caminó hacia la barrera que existía entre babilonia y la fuente. Colocó su mano justo al lado de la de Aina y dijo:

Rai: "Princesa de mi corazón, Reina de este universo... Te amo... Sin embargo, tengo algo importante que decirte. Al poseer la piedra del trueno, supe que tendría que cargar con toda la maldad del mundo y tendré que ser exiliado así como mi padre lo hizo en su tiempo. Quiero decirte que eres lo mejor que me ha pasado y que siempre te llevaré en mi corazón y en mi mente. Nunca me olvides, porque nunca te olvidaré".

Aina: "Yo también tengo algo que decirte mi cielo. Veras estoy embarazada y tendré un hijo tuyo." Esas palabras fueron tan fuertes que conmovieron a Rai. Con mucha más razón le dijo: "Me alegro tanto de saber eso. Dioses del Olimpo, les encomiendo una misión, cuidar de mi esposa y su hijo. Protegerlo y enseñarle todo lo que saben. Les devuelvo sus poderes con sus respectivas piedras. Zeus, sella la fuente con tu poder hasta el día en que mi heredero decida enfrentarme."

Ella replico: "Pero mi amor..." El no respondió nada. Solo pudo mirar con lágrimas en sus ojos el tener que partir para sellar su furia. Tendría que viajar desde la fuente a otro lugar para protegerla, el centro del sol protegería su escape y encerrarse ahí hasta que el momento apropiado llegase para enfrentar a su hijo. Antes de marcharse dijo estas ultimas palabras:

Rai: "Aina, recuerda que el arco de Cerbero es tuyo. El te protegerá a ti y a mi hijo. Recuerda que te amo y siempre te amaré. No me olvides mi amor..." Y una vez dicho esto, un relámpago lleno de luz aquella escena, ella grito y lloró frente a la fuente. El se había ido para siempre, los Dioses ayudaron a Aina a incorporarse ella estaba muy triste, se pasaba pensando que pasaría ahora, ¿Qué tendría que hacer? Solamente vivir...

Tiempo después...

Kanha era un niño muy astuto,  era un experto en combates cuerpo a cuerpo y tenía una madre muy bondadosa. Aina nunca le dijo la verdad a Kanha, pensando en que el momento para decirle llegaría, mientras tanto él podría vivir tranquilo jugando con su perrito que lo acompañaba a todas partes. El se convertiría en el hijo que Rai siempre quiso. Pero ¿Cuando será el momento? ¿Qué estará pensado Rai? ¿El estará observando a su hijo? Todas estas respuestas solo el tiempo lo dirá...