lunes, 20 de mayo de 2013

El Fuego de Fiero (Parte 3)


Mientras manejaba, pude observar una imagen, a las afueras de la ciudad... Algo no muy claro pero se dirigía al barrio chino. Al llegar estacioné mi auto cerca de la entrada y cargué a Astrid en mis brazos. La entrada era de un color marrón, dejando ver muestras de color oro por su relieve. Nunca había recordado ese lugar y menos por su llamativo color rojo. En la entrada un gato cuidaba la puerta y en el momento en que me acerqué el gato acarició mi pie con su cuerpo y mientras caminaba las puertas se iban abriendo.


"¡Bienvenido a casa hijo de Fiero!" logré escuchar en unísono, mientras miraba dentro del templo un millar de personas arrodillándose en lo que yo pasaba caminando hasta una casa situada en el centro de la pequeña ciudadela. Un  maestro se acercó y me dijo: "Bienvenido a casa, todos estábamos esperándote" la pregunta fue: ¿Cómo lo sabían? ¿Qué era exactamente el hijo de Fiero? Mientras me preguntaba eso me dijo: "Acompáñame, dejaremos a tu invitada en un cuarto al cuidado de nuestros mejores médicos, y tendré que explicarte muchas cosas hijo...".

Dejamos a Astrid en un cuarto reposando, luego me llevó a un cuarto pintado con figuras muy extrañas y el maestro empezó a hablar: "Hace mucho tiempo existieron tres hermanos: Fiato, Fiero y Fiume. Cada uno podía controlar uno de los elementos de su padre, Kael. Nosotros somos la comunidad que Fiero creo y hemos vivido en paz dominando las artes del control de fuego. Los Fiume son los maestros del agua en las afueras del puerto y también viven en paz con nuestra comunidad. Los Fiato fueron más ambiciosos y tratan de controlar todos los poderes a través de la fuerza y el viento. Te dejaré un momento hijo para que pienses y medites sobre la historia que te acabo de contar".


Tantas cosas que podía hacer ahora y precisamente tenía que pasar algo así, antes de salir de la habitación me dijo: "¿Notaste el gato que anda a tu lado? Bueno Fiero solía tener un gato como mascota y se de buena fe que te gustan los gatos. Adóptalo como tu nuevo compañero. Sé que se llevarán muy bien." El gato se acercó a mi, lo tome en mis brazos y lo recosté en mis piernas mientras me sentaba en la cama. Sentí como su cuerpo era cálido, como si un pequeño sol estuviese en su estómago. Cuando levantó la mirada vi sus profundos ojos y una ilusión me absorbió en ese momento y me transportó al pasado.


Todas las batallas, los conflictos, las peleas, me mostró incluso al perro de Fiato, también estaba él junto a Fiero y por supuesto un ave blanca que peleaba al lado de Fiume. Todo eso en cuestión de segundos. Cuando reaccioné estaba acostado y en mis brazos acurrucado estaba el gato. Me pregunté "¿Qué estará haciendo Astrid en estos momentos? ¿Estará bien? ¿Debería ir a verla?" [...] "No será necesario". Alguien había contestado. "Soy yo hijo de Fiero, el felino, tu protector. Tranquilo, iré a verla pero necesitas reposar" Más sorprendido no podía estar, ¿Cómo pudo suceder todo esto? Pensando en ello caí en un profundo sueño...

Una visión cayo en mi mente. En la punta más alta de la montaña vi un valle a las afueras de la ciudad, un templo color blanco, pude vislumbrar un perro que cuidaba la entrada. Pude ver un ejército preparándose para la batalla. Había un líder... lo veo un poco borroso... ¿Será él?... Esperen, creo que junto a él esta el guardia que me atacó en el centro comercial... ¿Están preparando una emboscada? ¿Qué están hablando? Todo se vuelve oscuro, tan denso, tan nublado, tan...

miércoles, 8 de mayo de 2013

El Fuego de Fiero (Parte 2)


Solo pude ver fijamente la mirada de aquel guardia, el perro se quedo fijo mirándome, hasta que reaccioné. Una conexión entre el guardia y yo se había creado. El mundo ya no era el mismo y la gente ya no podía verme, era un fantasma entre ellos. Pero no era solo un fantasma era uno armado y para cuando reaccioné una capa café muy vieja se posaba en mi espalda daba la vuelta por mi pecho y caía hasta mis pies. "Bueno veamos que tienes muchacho." - dijo el guardia de seguridad

Al reaccionar el perro saltó y vi como si se tratase de un rayo al abalanzarse sobre mí. Logré esquivarlo apunte con cuidado y logré asestar dos tiros en su espalda. El perro comenzó a transformarse y en eso las balas se salieron de su espalda, rayas azules le rodeaban la piel y no parecía humano... "Bueno bienvenido a la guerra hijo de Fiero, ahora conocerás lo que significa la palabra dolor" con mucho ímpetu pregunte "¿Quienes son ustedes?" - A lo cual solo escuche que dijo: "Somos el viento de Fiato".

El perro ladró y era como si el viento intentara cortar mi ropa, pero logré esquivar el golpe, sin embargo el viento fue tan fuerte que las mesas del comedor salieron volando. La gente preguntaba que podría haber pasado. Y entre los gritos logré vislumbrar una joven que podía verme entre la pelea, salté hasta donde estaba ella y le dije: "Debes salir de aquí es muy peligroso" Ella solo señaló el perro y logré disparar justo a tiempo cuando el perro estaba saltando justo encima de mi.

El guardia sonrió y entre una sonrisa dijo: "Creo que he visto suficiente, hasta pronto hijo de Fiero" Pero antes de irse logré dispararle en el hombro derecho, para cuando volteo a ver ya estaba marcado en sangre... Al voltear solo me dijo: "Espero que no compres muy seguido por aquí no vaya a ser y los precios exploten" En ese momento una gran explosión proveniente del centro comercial, no podía creer lo que había sucedido.

Logre tomar a la chica y la saqué de los comedores, mi capa se desvaneció así como el guardia de Fiato y entre tanta gente le dije: "Tengo dos preguntas ¿Cómo te llamas? y ¿Cómo puedes verme mientras tengo mi forma de espíritu?" Ella solo me dijo: "Me llamo Astrid, y bueno lo segundo no lo se me parece mucho más increíble saber que eres un fantasma o algo parecido, pero todas tus balas eran muy reales, inclusive el perro y su viento todo fue muy real, yo solo..." 

En ese momento ella se desmayo, la recogí con mis brazos y me dirigí a mi auto. La coloqué en el asiento del pasajero, le abroché el cinturón de seguridad y me subí, concentré mis pensamientos y dije: "Saino..." Otra voz dentro de mi cabeza dijo: "Vaya, vaya, vaya, al parecer no saliste tan mal de la pelea. Bueno sé que tienes preguntas aún, ven a la dirección que te mostraré por tu mente y no preguntes mucho solo maneja con precaución" Necesitaba descansar pero sobre todo necesitaba protegerla a ella, espero poder llegar vivo aunque sea...