sábado, 24 de diciembre de 2011

Una lluvia mas...

Me duele el corazón de tanto sangrar, me duelen los ojos de tanto mirar, me duele el cuerpo de auto flagelarme... Seguir un camino lleno de adversidades en el cual las cosas buenas son contadas con los dedos de  las manos no es recomendable, pero pocos lo llegan tanto a vivir como a lograr sobrepasarlo. ¿Qué si duele? Esta demás esa pregunta, por que yo creo que dolerá como todos los caminos pero si logras disfrutar los buenos momentos en su tiempo, te aseguro que lo vivirás como nunca antes.

¿Logras escuchar ese sonido? Sí... es tu corazón quebrándose, y si pones la suficiente atención lograrás ver como cada parte, cada pieza, cada vidrio de tu corazoncito va resquebrajándose y se despega con ese latir que tiene ese órgano vital. Pero un momento después reaccionas y dices "¿Es acaso que el sufrimiento que llevo es por culpa de mis acciones o simplemente me estoy dejando llevar por el momento?" En lo personal, ni yo mismo puedo responderme esa pregunta...

¿Miedo? Esa palabra retumba en mis oídos, es como si fuese un eco en una obscura habitación y al mismo tiempo que el silencio existe, este sonido perturba mi esencia y mancha mi soledad. Luego viene la lluvia, tan pulcra y tan estruendosa, a tratar de aplacar ese silencio maldito y ese sonido que produce al escucharse en mi cabeza el miedo. El ruido se incremente y yo no se que hacer, debería de existir una manera para calmar este dolor, algún santo remedio... No.

El viento es lo que me acompaña, la vida es la que me pesa, los tiempos son los que se me hacen cortos, mi cuerpo se esta poniendo viejo... Tantas cosas en que pensar, tantas cosas que sentir, son como si fuesen gotas de lluvia. Todas caen en diferentes partes, algunas coinciden pero lo interesante es que solo dura unos momentos, una lluvia pasajera, una lluvia que no calma el calor solo hace que se acapare mas, que no quiere irse pero tampoco quedarse...

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