Ya lo he dicho en otros textos:
Se puede sonreír con los ojos y llorar por la boca.
Como también se puede tropezar con el estómago,
con el hígado;
tropezar con el hipotálamo.
Se puede hasta argüir por las rodillas,
por las arterias,
por la misma columna vertebral o por los omóplatos.
Se puede incluso, dar una conferencia de superación personal con el sistema linfático,
–una conferencia exitosa, donde al final todos te aplaudan de pie y te pidan autógrafos–.
Se puede, por ejemplo, sentir en lo más profundo de un solo brazo; exhalar por los dedos de la mano izquierda; gritar por los puños, escuchar con los pezones –erizarlos con música–.
Se puede, también, digerir con los oídos; mentir con un solo parpadeo; hacer el amor con la comisura de los labios o extrañar con el vientre.
Se puede.
Se puede vivir así,
y acostumbrarse;
o simplemente,
se puede
seguir
viviendo
como se ha vivido siempre...
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