viernes, 4 de febrero de 2011

Un nuevo rumbo para el barco

Siempre pensé que el barco mantenía un rumbo fijo, pero veo que me equivoque. Tantas variables en el ambiente como el clima, el océano en que se navega, comportamiento de las olas, estado del barco, bueno en fin muchas variables. Pero lo curioso es como se torna el viaje en los diferentes momentos del trayecto. Hay momentos en que la comida empieza a escasear, y la penumbra nubla nuestras almas. Pero algun barco pesquero aparece en el momento justo y nos tomamos un breve descanso.

Luego también llegan momentos en los cuales, la tormenta se hace tan fuerte que llegas a pensar si sobrevivirás para contarlo. La decisión de sobrevivir la tiene cada uno, solamente tú, como capitán de tu propio barco, puedes decidir como hundir o flotar tu nave. Todo capitán se hunde con su velero, pero trata de navegar todo lo que puedas. Hasta que ya no puedas mas, hasta que se te acaben los recursos, hasta que escasees en todos los aspectos, hasta que tu cuerpo no aguante, hasta que sientas lo que es amar.

Muchas veces el rumbo de nuestra vida siempre es racional, pero cuando el rumbo cambia de curso se puede llegar a tornar desde un maravilloso paraíso, hasta el mas horripilante y espantoso infierno que jamas hemos podido imaginar. Seamos honestos con nosotros mismos, si no arriesgas no ganas, pero también debes evaluar el alcance que tendrás, arriesgando en esa oportunidad. Todo esta en tu mente, incluso el barco, pero ¿Que harás con el?

El nuevo rumbo es algunas veces demasiado horripilante para imaginarlo, y algunas veces hasta resulta demasiado negro como para poder ver algo entre tanta niebla y oscuridad. Y me despido con una frase de Antonio Machado que dice mas o menos asi:

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar."

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