domingo, 20 de marzo de 2011

Mi caminata nocturna

Empiezo a caminar por un lugar muy extraño, tiempos de guerra, momentos de angustia y de ansiedad se viven en ese momento. No se que pensar del mundo, no se ni en donde me encuentro, solo se que es en una playa, es de noche y que solo puedo ver el mar, la luna, unas cuantas luces provenientes de los ranchos a la orilla del mar pero no encuentro una sola alma en toda la playa. Me parece que están dormidos, o no hay nadie, o todos están muertos, la verdad no lo se.

De pronto veo hacia el cielo y encuentro un millar de estrellas. Tenían el poder de adornar todo un cielo amplio, ninguna nube se atrevía a arruinar ese momento, se encontraba en tanta paz y tranquilidad que era prácticamente imposible que algo arruinara el momento en que se podía apreciar de ese hermoso paisaje. Era una noche perfecta para compartir, pero que va, este lobo viaja solo, camina solo, anda solo y en este caso admira la belleza de una sola forma, solo.

Me encuentro sentado en la playa mirando tal hermosa vista y comienzo a disfrutar de las constelaciones. Incluso me las imagino bailando y cantando para que sean admiradas. Me siento demasiado pequeño como para poder alcanzar cualquier estrella. Hasta hoy entiendo la simplicidad con la que puedo llegar a vivir y también de lo diminuto que puedo llegar a ser en este Universo tan grande y vasto. Pero también surge la interrogante de ¿Qué seria el Universo sin mi?

Para que hacerme preguntas que nunca sabre responder, no quiero complicarme la vida en estos momentos. Solo disfrutar el paisaje me ha de quedar en estos momentos. Pero ya casi amanece y pareciera que una tela se va bordando por el Este. Un manto celeste va cubriendo a las hermosas estrellas y ya no las puedo ver. Pero que hermosos rallos dorados aparecen del amanecer. Siento una alegría enorme ya que me espera un largo caminar durante esta hermosa playa.

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